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Una alfombra roja que transiciona desde el paisaje a un espacio doméstico encontrado, tras el telón aparece una mesa elevada, donde los visitantes se reúnen para compartir una experiencia a través de los sentidos y crear lazos con el contexto. Huecos en la fachada reflejan el movimiento del interior, pero sin competir con la importancia del paisaje, estas vistas se enmarcan con un sutil listón rojo, que vincula el contexto siempre presente con la actividad interior. Olores impregnan el interior del espacio, delicadas notas que remiten a la calidad del producto y experiencias pasadas familiares alrededor de una mesa.

Una mesa elevada, que es paisaje y lo saborea, lo huele, lo ve y lo vive, lo experimenta.

Una máquina de generar experiencias y vincularse con el paisaje. Una intervención sutil construida, y una intervención paisajística, una alfombra roja, que se extiende, guía e introduce.

El volumen elevado genera dos situaciones, una superior, humana y habitada y otra inferior, natural que se respeta. Un volumen que ordena el paisaje y sus elementos.

Proyecto en colaboración con Jennyfher Alvarado Figueroa (J-AF Architecture) https://www.arquitecturajaf.com/